5 feb 2009

Un estudio dice que los perros pueden sentir envidia

El primer estudio científico que encuentra envidia entre animales no primates afirma algo que muchos ya conocen: los perros pueden ser muy celosos.

"Todo aquel que tiene un perro en su hogar posiblemente sospecha que los perros pueden sentirse muy celosos ante otros perros y también ante personas", dijo la líder del estudio Friederike Range, de la universidad de Viena, en Austria.

En experimentos con 43 perros, el equipo de Range mostró que los caninos reaccionan ante la desigualdad. El equipo hizo que un perro observara a otro perro cuando recibía una recompensa por hacer alguna jugarreta. Cuando el perro que observaba hacía la misma jugarreta, y no era recompensado, el perro se negaba a repetir la jugarreta, dijo Range.

Los experimentos fueron similares a recientes estudios donde se observó resentimiento por parte de monos capuchinos y chimpancés cuando los animales no eran recompensados de la misma manera tras realizar tareas similares a las de otros.

Los perros no son tan sensibles a la injusticia como los primates, descubrieron Range y su equipo. Los caninos que participaron en el estudio no parecieron preocuparse de que un perro cercano obtuviera una mejor recompensa o que la hubiera obtenido pese a su falta de habilidad. Pero los primates sí expresaron su insatisfacción.

El estudio fue publicado online en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.

IGUALDAD DE DERECHOS

Range y su equipo realizaron exámenes a perros en presencia de otros perros a los que conocían, como un can de la misma casa. Se pidió a los perros que colocaran sus patas en la mano del encargado del experimento. Los animales fueron recompensados, o no, con pan negro y salchichas.

"Si a ninguno de los dos perros les daban una recompensa, ellos seguían trabajando, más o menos", dijo Range. "Pero si uno de ellos no recibía comida, simplemente decía no". La respuesta indignada de los perros a seguir participando en el experimento era acompañada por bostezos y por una plena indiferencia hacia el encargado de hacer el experimento, y hacia su amigo canino.

Los perros no parecían preocuparse si su socio en los experimentos recibía una salchicha o sólo un pedazo de pan negro, o si el otro perro era recompensado pese a un mal desempeño. "Eso se pone más complicado si se trata del esfuerzo y de la recompensa al mismo tiempo. Tal vez los perros no pueden combinar ambas cosas aún", sugirió Range.

La forma más básica de envidia de los perros, y su insistencia en algún tipo de recompensa, posiblemente sea esencial para sobrevivir en un núcleo de actividades cooperativas. Se sabe que los lobos y los perros salvajes cazan y crían a sus vástagos en grupos, donde los individuos que no pueden reclamar compensaciones pronto resultan marginados.

DOBLE O NADA

El experto en primates Frans de Waal, de la universidad Emory, en Atlanta, Georgia, dijo que ese tipo de envidia -en realidad, la aversión a una recompensa injusta- está presente en todos los animales que cooperan de manera regular.

"Los perros mostraron una reacción más fuerte cuando no recibieron nada por una tarea en presencia de un compañero recompensado, que cuando no había otro compañero", señaló. "Ellos aceptaban la falta de recompensa si ningún otro perro la recibía. Eso muestra una reacción social".

Scott Creel, un experto en conducta de la universidad del estado de Montana, dijo que el estudio sugiere que muchas especies tienen procesos mentales que previamente parecían ser patrimonio de los seres humanos, o al menos de los primates.

"Parece lógico que muchas de las presiones que han moldeado nuestro intelecto y nuestras emociones también operan en otras especies sociales", dijo Creel, que ha estudiado la conducta de los perros salvajes de Africa, pero no estuvo involucrado en el estudio.

Fuente: El Día

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